Para mí la simbiosis arte y naturaleza significa principalmente mantener un vínculo espiritual y emocional con la Madre Tierra, es aprender a apreciar y a disfrutar de la belleza del entorno natural, buscar la aventura y la libertad dentro del marco de la sociedad actual y no dejar de explorar el territorio de mi propia alma
-Termina la escena, continuamos el viaje.  Avanzamos por el interior de las choperas, unas veladas ofrecen El engendro Luminiscente, una performance que juega con los efectos de la iluminación de led proyección digital y laser sobre los chopos. Otra pieza de danza contemporánea corre a cargo de Victoria Valdearcos. También disfrutamos de la danza de aéreos de Mónica Marco y Carmen Montañés.
Danza Aéreos: Mónica Marco, Carmen Montañés

Antes de salir del itinerario de la chopera nos espera otra instalación escultórica, se trata de El cobijo de los pájaros. Cuatro troncos de diferentes estructuras con varios orificios horadados por el pito real (un pájaro de la familia de los carpinteros), cubiertos de vilano algodonoso de la semilla del chopo. Una cálida y tenue luz proviene de los orificios y permite asomarnos para contemplar unas acogedoras moradas. La instalación se completa con el sonido grabado del interior de los estilizados chopos cuando son mecidos por el viento “la voz del árbol”. Si hace viento durante la velada se anima a las personas a abrazarse a los árboles y escuchar en vivo ese sonido, es una experiencia sorprendente e intensa que no deja indiferente a nadie.

La experiencia de descubrir el exterior de la oscura chopera, que nos ha acogido durante gran parte de la aventura,  es extraordinaria, una clase de efecto visual o espejismo que provoca la pared rocosa del escarpe del Castellar “agua”, “nubes”, “sombra misteriosa” . 





No hay comentarios:

Publicar un comentario