-El conjunto escultórico despide
a los visitantes, es hora de volver a la senda de las luces y avanzar hasta el
siguiente encuentro La corona de las luciérnagas. Los visitantes rodean la pieza
escultórica para contemplarla en plenitud, pueden descubrir los puntos de luz
que provienen del interior de la plantas (flor de la cebolla, Allium Cepa Leaves) parecen brasas que forman una corona, se
sostienen por unas esqueléticas estructuras de ramas de (estramonio, Datura
stramonium), la forma circular de este conjunto está remarcada por una cenefa
de piedras bien conjuntadas. En el interior de la pieza se revela sutilmente
una figura humana semienterrada, es misteriosa, atávica.
Una vez que los visitantes se acomodan comienza a tomar vida la escena,
el canto surge del interior de la espesa arboleda, la figura de una mujer
avanza con un candil y se acerca al cuerpo semienterrado, lo saca de su letargo
y comienza la danza. Danza y canto lirico se armonizan y toman una elevada
sintonía. Gonzalo Catalinas danza butoh, Pilar Marqués canto lírico.
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