-Encaramos la última parte de la velada, ladeamos la chopera y seguimos
un camino entre soto de ribera y choperas, hasta llegar a un punto en el que
las lucecitas nos incitan a recorren un pasillo entre vegetación y nuevamente los
chopos. Nos sumergimos en esta experiencia de cuento, el recorrido nos lleva a descubrir
a lo lejos una vegetación teñida de colores, donde se abre un orificio, un
túnel que te lleva a otra dimensión y se tiene que explorar en soledad. Uno por
una los participantes se adentran en el túnel y desaparecen.
El espacio interior que se descubre La cúpula del nogal, un recoveco circular abierto
entre la espesa vegetación preparado para la relajación, meditación o el
deleite de los sentidos. Nos descalzamos y nos tumbamos en un espacio
delicadamente preparado. Finas telas que son entrada, almohadas, lianas de
zarzas que soportan nidos de luz, estructuras de troncos encorvados que dibujan
arcos y música para la calma. Nos acompañaron Bhagatjot Singh con el baño de gongs, o Alfredo
Porras con los cuencos
de cuarzo, hang, flauta nativa o los cantos armónicos.
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