Para mí la simbiosis arte y naturaleza significa principalmente mantener un vínculo espiritual y emocional con la Madre Tierra, es aprender a apreciar y a disfrutar de la belleza del entorno natural, buscar la aventura y la libertad dentro del marco de la sociedad actual y no dejar de explorar el territorio de mi propia alma

conscientia





Los espacios que conforman la ribera del Ebro en ocasiones sufren una metamorfosis que se torna en desolación. Solía recorrer hasta hace no muchos meses las frondosas choperas de las parcelas Las Cuadrinas, La Ramera y Las Norias, en el término municipal de Alcalá de Ebro. Ahora, la magia de pasear íntimamente entre los esbeltos árboles se ve truncada por la realidad de su destino, el paisaje se ve amputado, las retículas ya no son marcadas por siluetas que compiten buscando la luz del astro que determina el día y la noche, ahora, son los tocones quienes perfilan geométricamente el horizonte. Más desgarrador es contemplar la tierra calcinada, con los restos de los árboles como despojos… Ahí yace carbonizado al que un día abracé para que me transmitiera su energía, su vida.
Dejándome llevar por las sensaciones, reposando las emociones, dialogando con lo que fue y lo que es, la imaginación comienza a volar y de ahí surgen las líneas de la intervención escultórica Conscientia, que tiene 6.5m de diámetro y contiene troncos de chopos que quedaron desperdigados y medio calcinados de unos 4m de altitud. Señalar que para su ejecución he contado con la participación de la escultora de Casetas, Cristina Berlanga.
Para llegar a ella hay que adentrarse por un camino de huerta desde la carretera A-126, como a 2.5 kilómetros antes de Remolinos viniendo desde Alagón, a la izquierda y a pocos metros de las primeras salinas de Ibérica de Sales. Hay que seguir el camino hacia el río, el brillo de la pieza revela su ubicación.

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