En el recorrido artístico de la velada se encontraba esta pieza, una alusión de la convivencia de las almas más allá de cualquier adoración, más allá de cualquier tradición o cultura, más allá de lo terrenal.
Los cuerpos de madera que compusieron esta instalación artística fueron recopilados por Manuel Jalón, ahora almacenados y preservados por la Fundación del Castillo de Trasmoz. Formaban parte de una colección de objetos muy antiguos que pretendían formar parte del Museo Europeo de Mitos y Leyendas. Poco se sabe de ellos pues Manuel se llevó a la otra vida muchos detalles, lo que sí sabemos es que nos maderas talladas hace siglos de árboles centenarios y que su energía irradia misterio, propiciando las divagaciones y dejando que la imaginación vuele adentrándonos en esas leyendas a las que iban a representar.
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