Para mí la simbiosis arte y naturaleza significa principalmente mantener un vínculo espiritual y emocional con la Madre Tierra, es aprender a apreciar y a disfrutar de la belleza del entorno natural, buscar la aventura y la libertad dentro del marco de la sociedad actual y no dejar de explorar el territorio de mi propia alma

- Crónica 20 Enero 2007. Brasil y la Tierra, los Sin Tierra del Mato Grosso.

República Federal de Brasil, quinto país del mundo en extensión. Novena potencia económica mundial. Posee la mayor superficie agrícola del planeta. A pesar de sus tierras fértiles y soleadas, a pesar de sus recursos minerales y las mayores reservas de agua dulce del mundo, hay una gran desigualdad social, casi el 30% de la población vive con menos de 1 dólar diario. Según Naciones Unidas, Brasil es el país con peor reparto de tierras y mayor desigualdad social. El 50% de la tierra brasileña pertenece a un 1% de la población, daros cuenta de lo que significa esto, fincas mayores que algunos países europeos. Por si fuera poco, los hacendados contratan a los trabajadores “boyafrías” con sueldos y condiciones de vida que se pueden considerar de semiesclavitud. La situación es complicada para los campesinos, los terratenientes se perpetúan, están instalados en los altos cargos de la política desde tiempos muy lejanos, además poseen gran poder económico. La solución para muchos pasa por ir a la ciudad, la ciudad no ofrece oportunidades y genera más miseria. Algunos movimientos sociales han intentado luchar contra esta situación, es el caso del MST (Movimiento Sin Tierra). Nunca hubo en Brasil una verdadera revolución, ejemplo de México con Pancho Villa y Emiliano Zapata, que distribuyera más equitativamente la riqueza, las tierras. El problema de la tierra en Brasil parte de la época de la colonización. Con el gobierno de Lula se prometió la reforma agraria que permitía un cambio social y terminaba con la concentración de la tierra, pero no se está cumpliendo, antes de una reforma agraria sería necesaria una reforma política. Como os contaba antes, dentro del poder político están los propios terratenientes y sus aliados. Es triste, muy triste comprobar con tus propios ojos la situación en la que viven-malviven muchas familias. Dentro de este panorama de injusticia hay algo de optimismo, el MST lucha desde los años 80 por dotar de tierras a los campesinos, por recuperar la dignidad perdida o talvez nunca conocida.

Nuestro trabajo se centra en el campamento de la BR-158, se encuentra cerca del municipio de Riberao Cascalheira, en la región del Mato Grosso. La peculiaridad de esta región, con respecto a la distribución de la tierra, es que el MST apenas actúa, sus fuerzas se ven mermadas, no ven posibilidades de desarrollo en zonas tan aisladas, pueden hacer poca presión mediática y en todo caso la explotación de la tierra tendría como misión la subsistencia y no la comercialización del producto. Pese a ello, existen numerosos campamentos en las cunetas de las carreteras que esperan la expropiación de alguna hacienda. La República Federal les asiste con el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), es el órgano de gobierno que debe de poner en marcha lo prometido por Lula, gestiona la expropiación y coordina el asentamiento de los sin tierra, pero no siempre son trigo limpio e incumplen sus obligaciones. Los asentados reciben del INCRA la cesta básica: arroz, frijoles, leche en polvo, aceite de soja, harina, plásticos, lonas, jabón, y poco más. Este suministro es mensual y “cubre” las necesidades básicas de los acampados a la espera de que se regule su situación, esto puede durar más de cinco años. El campamento de la BR-158 se encuentra a los lados de una carretera, les protege un pequeño mato (selva), y les rodean haciendas de plantaciones de soja que se pierden en el horizonte (Brasil es uno mayores productores de soja del mundo). Las sustancias que utilizan para su protección y fertilización son altamente tóxicas, tanto que están contaminando ríos y selvas, están acabando con todo. Incluso la gente del campamento, que se baña en las aguas de un río de aguas cristalinas, sufre infecciones, reacciones alérgicas y quien sabe en un futuro. Marina se baño un sólo día y le salieron manchas en la piel. La zona del campamento era utilizada para tirar los bidones y latas de pesticidas, aun quedan. Hay que tener en cuenta de donde viene la soja que consumimos, pero la gran parte de la producción es destinada para alimentar a la ganadería de Occidente. Aquí, donde apenas las vacas pueden pastar en el campo y las gallinas viven confinadas en espacios donde no se pueden ni mover (Os recomiendo los documentales Baraka y Home), la comida proviene de la deforestación de zonas amazónicas.
Nuestro centro de operaciones es Sao Félix do Araguaia, desde allí viajamos al campamento de la BR-158 donde pasamos algunos días. El trayecto es de 8 horas en autobús, las carreteras, repletas de baches profundos, son de una tierra rojiza. Si llueve, lo normal para estas fechas, se desbordan riachuelos y se forman unos barrizales que hacen más lento y duro el recorrido. Los paisajes son contradictorios, por una parte encuentras belleza, los campos se tiñen de un verde manto y se extienden en el horizonte moteados por altas palmeras, algo de vegetación alta y pájaros de gran colorido; pero por otra se te hace un nudo en el estómago, contemplas los solitarios esqueletos de árboles calcinados, símbolos dramáticos de la destrucción masiva. Poca selva queda, algunos minúsculos reductos que parecen dejados intencionadamente con la misión de mostrar como era esa NATURALEZA antes de que se crearan los latifundios, entraran las reses y los cultivos destructivos de la soja.

La situación interna del campamento es complicada, ya se ha elegido líder o presidente, Bin Laden. Este personaje es interesante desde el punto de vista del documental, pero tiene un dudoso pasado, es un gran orador y manipula a estas pobres gentes. Nosotros vemos un líder dañino para los intereses de la colectividad en un futuro asentamiento. Observamos sin intervenir el devenir del campamento y lo vemos muy oscuro. Dijaume, el otro posible líder, el que partía como protagonista, la persona que nos unía en el documental a Pere Casaldáliga ha desaparecido. Por lo que sé y he visto en las imágenes que Pera y Marina grabaron en Febrero es una persona coherente, capaz de sacar adelante este campamento. Pero el ansia de poder carcome a todos los estratos de la sociedad, Bin Laden ha hecho campaña contra él en su ausencia, incluso pensamos, por una señora que estaba de su lado, que lo han amenazado de muerte, sabemos que allí su vida corría peligro, ya ha podido pasar de todo. Vamos a intentar localizarlo para que nos cuente que ha pasado, esto es trabajo de investigación muy complicado.

En el campamento ahora viven 20 familias, gente increíble, historias alucinantes, duras, injustas, luchadores infatigables, vidas solitarias y con mucha familia que sacar adelante. Los hay de dudosos intereses como Bin Laden; condenados por delitos, el chico del tatuaje de justiçia divina fue acusado de asesinato, él asegura que injustamente. Otros en los que se acentúa el dramatismo de sus vidas: Osvaldo vive en soledad, no se relaciona con nadie, no sabe leer ni escribir y lleva toda su vida trabajando en haciendas para terratenientes sin escrúpulos, hace curas con hierbas del mato, es enorme y tiene una voz que te entra dentro y abre hueco. Familias rotas con muchos hijos por aquí y por allá (en Brasil la gente se junta muy joven, tienen hijos y suele ser común que se separen, los niños pueden acabar en casa de tías, abuelas, la madre y hermanastros, el padre madrastra y hermanastros...). Hay un señor mayorcito que tiene una casita de palos, vive con tres hijos, dos niños y una niña, también con la madre, pero en otro pueblo tiene siete hijos más. Los hay que abandonaron a sus familias por el sueño de poseer una tierra, por dejar de malvivir trabajando para la hacienda y esperar poder volverse a reunir algún día. Hay muchas historias de las que nos vamos empapando cámara en mano, pero también sin ella. La vida en el campamento es dura, pero existe la alegría, sobretodo los niños se ven tan independientes y felices que parecen ajenos al drama de sus vidas. Juegan y corren aventuras, me recuerdan mi infancia. Lo peor es que si la cosa no cambia el futuro que les espera es tremendamente duro. Una señora les viene a dar clases, pero todo es muy básico. Estamos rodeados de ellos todo el día, nos acompañan con sus risas, con su frescura, son muy cariñosos, son increíbles, les coges apego. Los mayores te acogen en sus barracas, te muestran sus casas provisionales, muchas veces con orgullo, parece mentira pero es así. Poseen objetos tan sencillos, tan precarios... te lo muestran todo, son hospitalarios, amables, un día casi me echo a llorar cuando Osvaldo, el señor solitario, nos enseñaba su casita de plástico negro y su mirada se perdía en alguna parte, tal vez dibujaba otra estancia de su pasado. Nos invitan a café, a comer, nos cuentan la historia de su vida, de su lucha, de su sufrimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario